Toda la semana te has esforzado.
Has seguido tu plan de alimentación al pie de la letra.
Te has resistido a las tentaciones en la oficina, has preparado tus comidas con
esmero y te has sentido orgullosa de cada elección saludable que has hecho.
Pero llega el viernes por la noche...
El fin de semana se convierte en una especie de "zona libre de reglas".
Pizza, helado, snacks... todo lo que has evitado durante la semana parece
irresistible.
Y cuando llega el domingo por la noche, te sientes culpable, hinchada y te
preguntas si todo tu esfuerzo ha sido en vano.
Este ciclo de "hacerlo bien" durante la semana y "descontrolarse" el fin de
semana es más común de lo que piensas.
La ciencia nos dice que nuestro cerebro busca recompensas.
Después de una semana de restricciones, el cerebro quiere compensar esa
sensación de privación. Además, el estrés acumulado puede hacer que busquemos
consuelo en la comida.
Pero aquí está el truco ☝🏼:
No se trata de ser perfecto ni de restricciones.
Se trata de encontrar un equilibrio.
Permítete pequeños placeres durante la semana.
Un trozo de chocolate, una cena especial... algo que te haga sentir bien sin
sabotear tus objetivos.
Lo ideal no es que llegue el fin de semana y sea una fiesta de ultraprocesados,
de comer cosas que ya has sido diagnosticada como que te sientan mal, y
exdecerte muchísimo porque "es fin de semana".
Si el fin de semana te das un "capricho", no te castigues, no te sientas
culpable.
La clave está en el equilibrio y en volver a tu rutina sin sentirte culpable.
Recuerda, en una alimentación equilibrada te puedes permitir ese
"desliz" y...
ese desliz no va a definir tu progreso.
Así que, la próxima vez que te enfrentes a un fin de semana, piensa en cómo
puedes disfrutar balanceadamente.
Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.
Si necesitas ayuda con tu plan nutricional, ya sea...
... porque quieres instaurar cambios saludables, que quieras disfrutar incluso
durante el fin de semana
... porque tienes problemas digestivos y necesitas a alguien especializado
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