Pasando del control absoluto al descontrol total.
Pensando en comida cada dos horas.
Midiendo, calculando, restringiendo.
Pasando del control absoluto al descontrol total
Y luego: arrepentimiento, malestar, promesas.
Y mañana llega. Y haces todo lo que se supone o te venden que es “bien”.
Y te da paz durante unas horas.
Esa forma de vivir se vuelve normal. Pero no lo es.No deberías necesitar tanta
fuerza para comer.
No deberías necesitar tanta fuerza para comer.
No debería costarte tanto.
Comer es algo que haces todos los días.
Y si cada comida es una batalla, entonces ya no es solo un tema de peso, ni de
salud, ni de imagen.
Es tu relación con la comida. Y por debajo de eso… tu relación contigo.
Lo sé porque lo veo cada semana.
Personas que viven en bucle con la comida desde hace años.
Que lo han probado todo y están hartas.
Y cuando por fin lo dicen en voz alta, el proceso empieza.
Yo no doy simplemente dietas. No doy reglas. No doy simplemente menús.
Trabajo con personas que quieren otra cosa: paz, sentirse bien, quererse y
disfrutar de la comida.
Una forma de alimentarse sin ruido.
Sin ansiedad. Sin culpa. Sin guerra.
Si quieres cambiar tu nutrición conmigo…
… no puedes empezar “ya” por temas de disponibilidad, pero si quieres ver
cuándo podríamos empezar:
PD: Si alguna parte de ti ha sentido alivio al leer esto, hazle caso.
Tu cuerpo no está roto. Solo está cansado de todo el ruido y de círculos
viciosos.
*Si eres paciente, deberías tener acceso ya.
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